El suicidio de la polisha

Era miercoles a la noche... el aula estaba completamente llena y era verano. La clase empezaba a hacerse interminable y el escueto ventilador de techo temblequeaba sin poder ganarle al sopor del ambiente. Juan, el profesor de cabellos blanco azulados, hablaba de la inexistencia de Dios, de la inexistencia de las verdades, de la inexistencia de la igualdad entre hombres... siguio hablando hasta que su vos se perdio...
Las dos beautiful losers que habian llegado tarde, tuvieron que sentarse separadas una en cada punta del aula. Cada tanto, cruzabamos miradas de aburrimniento o de complicidad ante la opinion de alguno. Pronto mi mirada encontro una polisha dentro del aula, revoloteando desesperadamente y la situacion me causo cierta diversion. Fue mayor aun la satisfaccion al comprobar que mi compañera se encontraba mirando lo mismo. Pasaban los minutos y el ambiente se ponia cada vez mas denso y la polisha cada vez revoloteaba mas nerviosa y errante. Alguien, cansado del calor y al borde de la asfixia, pidio que subieran la velocidad del ventilador. Las paletas comenzaron a girar cada vez mas rapido, teniendo de fondo la voz del profesor. El calor se revolvia en el ambiente y el crujido del aparato, mal colgado de la pared, era cada vez mas fuerte hasta que de repende... PAFF! la polisha desconcertada dio contra una de las paletas del ventilador de techo y fue violentamente estampada contra el piso, dando asi termino a su miserable existencia. Si, la polisha se habia suicidado y nosotras habiamos seguido con la mirada sus ultimos minutos de vida y su estrepitosa caida. El estallido en carcajadas fue inevitable, asi como tambien lo fueron las miradas condenatorias de las personas del lugar, que adormecidas por la clase se habian perdido el acontecimiento tristemente comico.
PAFF! nunca olvidaremos ese momento... quizas ella lo hizo para que no lo hicieramos nosotras. Quizas dio su vida por regalarnos un momento de alegria y risas que jamas olvidaremos...